Hacemos la maleta, nos montamos en el coche, ponemos earth, wind and fire a todo trapo y nos lanzamos rumbo a Burgos. Casi 400 personas nos esperaban para una boda fascinante con gente venida de los cuatro puntos cardinales para, en un entorno increíble, construir juntos un día lleno de pasiones maravillosas. El champán corrió a la par que las lágrimas de emoción y la música no dejó de sonar ...
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