Lorea + Egoi
La sala de Felipe II de la ciudadela, en Pamplona, ha visto pasar por sus entrañas cientos de novios cada año. Y como podéis imaginar, nosotros tras mas de cien enlaces a nuestras espaldas a lo largo de nuestras carreras como fotógrafos de bodas, hemos vivido ilusiones, prisas, nervios, sonrisas, banquetes, petardos, y un sin fin de detalles en cada una de ellas.
Pero esta es la primera vez donde una boda no se viste de nada, no se rellena de anexos, donde docenas y docenas, muchas veces cientos, de invitados, parientes y amigos, arropan y engalanan una celebración ya no tan intima.
Lorea y Egoi decidieron hacerlos a solas, con tan solo siete invitados, siete acompañantes.
Se vistieron uno para el otro, Egoi espero a Lorea casi como en una primera cita, nervioso e impaciente, deseando estar lo suficientemente guapo para ella. Lorea llego para encontrarse nada mas que con Egoi, sabiendo que no podría estar mejor en ningún otro lugar, con ninguna otra persona…
Y este fue el resultado de aquella bonita mañana, de aquel nuevo primer día…